PROINPA

PROINPA- Proyecto de suelos.  Proceso de ajuste del proyecto “Desarrollo participativo de innovaciones tecnológicas para incrementar la productividad de los suelos agrícolas en regiones andinas deprimidas de Bolivia.”

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En Bolivia, la mayor parte de los municipios con índice de vulnerabilidad crítica a la inseguridad alimentaria (VAM de 4 y 5) se encuentra en las regiones de valles interandinos y el altiplano cuyos pobladores fundamentan sus estrategias de vida en la agricultura. Por esta característica se ha elegido al municipio de Anzaldo como área de intervención del proyecto y se considera representativo de muchas regiones con características similares. N esta presentación se comparte las lecciones sobre la fase de arranque del proyecto,  Esta fue la primera experiencia con este tipo de proyectos para PROINPA, y permitió entrar en profundidad y revisar el análisis conceptual, el enfoque de ajuste y las proyecciones de las acciones propuestas.  Las fuentes de información y de conocimiento para el cambio fueron: a) investigación y validación de tecnologías, b) talleres con productores, c) consultoría en ovinos, d) talleres con especialistas en praderas y forrajes y e) apoyo de especialistas internacionales. Los resultados de investigación demuestran que existen ciertos microorganismos que pueden mejorar la productividad de papa (Bacillus pumilus y Basillus subtilis) y de trigo (micorrizas), pero también hay aquellos que no tienen un efecto favorable como las nuevas cepas de micorrizas en papa y las nuevas cepas de rhizobium en alverja. En este último, se pudo identificar cuatro nuevas accesiones por sus buenas cualidades agronómicas y su buen rendimiento en comparación a la variedad local. A nivel de laboratorio se logro aislar dos nuevas cepas de bacterias endófitas tipo Bacillus spp como promotores de crecimiento para trigo. En relación a las evaluaciones participativas destaca el comportamiento de Tarwi (Lupinus mutabilis) por su desarrollo foliar (68 t/ha), su aporte en la mejora del suelo (4 t/ha de raíz), su buena productividad (275 kg/ha), pero se avizora dificultades en su comercialización. El cultivo de Vicia (Vicia dasycarpa) también fue valorado positivamente por su desarrollo vegetativo (26 t/ha), buena producción de flores, conservación de humedad en el suelo y su uso como forraje, especialmente cuando está asociada con avena.  Se hicieron tres talleres con productores, lo que permitió entender que la reducción del potencial productivo de los suelos está asociada a la presión que ejercen sobre este recurso al reducir los periodos de descanso, al extraer todo el rastrojo para alimentar a su ganado, al inducir al monocultivo de trigo, a la baja capacidad para producir estiércoles en calidad y cantidad para su uso agrícola y a la erosión de los suelos, entre otros problemas. El análisis de suelo (por ecorregiones, pisos altitudinales y comunidades) confirma que estos suelos son pobres (bajo CIC 6,2 me/100g, poco potasio 0,9 me/100g, reducida MO 0,9 %, bajo N 0,06 % y poco fósforo 4,9 ppm). Por otra parte, la consultoría en ovinos muestra que en Anzaldo existe un promedio de 20 a 34 cabezas de ovinos/familia, siendo que históricamente (hace más de 50 años) tenían más de 100 cabezas/familia. Esta tendencia hace pensar que en los siguientes 50 años pueda desaparecer la crianza de ovinos en la región. Las causas se atribuyen al minifundio, al incremento de la migración, reducción de mano de obra y al cambio climático reflejado en periodos prolongados de sequia. Es por esto que la opción de incrementar la producción de estiércol vía incremento de las cabezas de ganado no es factible porque el sistema agropecuario bordea los límites de su carga animal. El incremento de la producción de forraje se constituye en la opción más factible para mejorar las posibilidades de alimentación del ganado y consecuentemente mejorar la calidad y cantidad de estiércol. Esta posibilidad fue analizada favorablemente en los talleres con especialistas nacionales en producción de forrajes nativos y cultivados. Finalmente, las reuniones con especialistas internacionales permitieron completar la información e interpretar mejor las fortalezas y debilidades de los sistemas productivos y recomendar posibles caminos de intervención en el manejo de los suelos, ajustados a la realidad social, económica, ambiental y técnica del lugar. Producto de todo este análisis se desarrolló la nueva teoría de cambio que considera mejorar los medios de vida de los productores (impacto) a través del incremento de la productividad de sus cultivos estratégicos por el uso de técnicas que mejoren la cantidad y calidad de los residuos orgánicos del suelo, por el uso de técnicas que mejoren la fertilidad de los suelos y por el uso bioinsumos producidos localmente (alcances). Los principales productos en los que se basa esta nueva propuesta promueven la reposición de los residuos orgánicos al suelo, el uso de especies de cobertura que permitan mejorar los descansos y reducir la erosión, la diversificación de cultivos que incluyan especies leguminosas, la incorporación al suelo de residuos de cosecha como abonos verdes, la mejora de las fuentes orgánicas locales y el reciclaje de nutrientes a través de la bioestimulación de microorganismos. Se espera que este conjunto de alternativas tecnológicas generadas participativamente y en alianza con entidades estratégicas, ayude a reponer el carbono del suelo como indicador de la mejora de la salud del suelo y consecuentemente la resiliencia de los sistemas productivos.

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